Cuando el director y actor Ben Affleck llegó a la sala de prensa tras ganar el Oscar por "Argo", elegida como película del año, sabía la pregunta que le esperaba: la misma que le han venido haciendo desde que empezó la temporada de premios y su filme cosechó, uno tras otro, los galardones mayores.
A saber: ¿qué sintió cuando supo que no figuraba en la lista de directores nominados por la Academia del Cine estadounidense, responsable de votar por el premio mayor del cine de Hollywood?
Otra, más profunda, reflejó la realidad de los Oscar entregados este domingo: fue, como hace muchos años no ocurría, una contienda cerrada, donde en varias categorías virtualmente cualquiera de los nominados podría haberse llevado el honor.Y Affleck ensayó dos respuestas, una en broma: "No más humildad, no más", dijo cuando antes había destacado que los premios para "Argo" como cinta bastaban para satisfacer su ego.
"Por supuesto que me decepcionó no estar nominado, pero luego vi que había otros grandes directores que tampoco lo estaban, como Kathryn Bigelow, Paul Anderson o (Quentin)Tarantino (por "Zero Dark Thirty", "The Master" y "Django sin cadenas", respectivamente)… Es que fue un año muy difícil y me siento muy honrado de estar aquí. No hay más que especular", dijo Affleck, que también protagonizó la cinta.
En su peculiar carrera, "Argo" consiguió lo que desde 1989 no pasaba: que una película se lleve el Oscar mayor sin tener a su director nominado en el rubro correspondiente. La última fue "Conduciendo a Miss Daisy".
También logró lo que, hasta hace unos meses, parecía impensable: arrebatarle el premio más deseado a "Lincoln", la película de Steven Spielberg, que había figurado como la gran favorita hasta que el Globo de Oro conseguido por "Argo" hizo oscilar los pronósticos.
¿Cuándo se dio cuenta de que tenía posibilidades?, le preguntamos a Affleck tras las bambalinas del Teatro Dolby, en Los Ángeles, donde tuvo lugar la ceremonia.
"Cuando me lo dieron esta noche… Todavía pensé que era una broma", festejó el actor, que antes había ganado un Oscar como coguionista de "Good Will Hunting", junto a Matt Damon, en 1997.
Un chileno con estatuilla
Aunque la película "No", de Pablo Larraín, perdió en la categoría de producciones extranjeras frente a la favorita "Amour", Chile tuvo un Oscar propio en la gala de 2013: fue para Claudio Miranda, por la fotografía de "La vida de Pi".
Nacido en Santiago de Chile, el cineasta de notoria cabellera -larga y rubia- había sido nominado en el mismo rubro en 2008 por "El curioso caso de Benjamin Button".
"Lo que más me gusta es hacer equipo con un director con el que nos estemos desafiando uno al otro, empujándonos para ir más y más lejos", dijo Miranda.
Y agregó: "Yo pensé que este filme sería más pequeño de lo que fue. Me emociona haber conseguido esta reacción".
Nacido en Santiago de Chile, el cineasta de notoria cabellera -larga y rubia- había sido nominado en el mismo rubro en 2008 por "El curioso caso de Benjamin Button".
"Lo que más me gusta es hacer equipo con un director con el que nos estemos desafiando uno al otro, empujándonos para ir más y más lejos", dijo Miranda.
Y agregó: "Yo pensé que este filme sería más pequeño de lo que fue. Me emociona haber conseguido esta reacción".
Aunque se mudó a Estados Unidos de pequeño, no descarta trabajar en su país natal: "Me encantaría rodar algo en Chile, algo pequeño e intimista", sugirió.Un tropezón no es caída
Para Jennifer Lawrence, la ganadora como mejor actriz, el "viaje de honor" al Oscar fue mucho más claro: desde que su adorable Tiffany de "Silver Linings Playbook" se ganó a la crítica, figuraba como una de las favoritas en la categoría, por encima de la dos veces candidateada Jessica Chastain, de Naomi Watts y de Emmanuelle Riva y Quvenzhané Wallis, la actriz de mayor edad y la más joven jamás nominadas, respectivamente.
Pero, por una mala jugada de la escalera recién encerada, fue la protagonista de un número indeseado, que ya se volvió video viral en internet: se enredó en su frondoso vestido de cola y tropezó al subir al escenario a recoger la estatuilla.
"Mi primer pensamiento fue… una palabra que no puedo repetir", confesó la actriz, de 22 años, en la sala de prensa y en medio de risas.
También entregó un detalle de su agenda del día: "Me sentí como Steve Martin en 'El padre de la novia'. Me puse el vestido y me quedaba, por suerte. Pero estaba super nerviosa. No comí. Y me tomé un shot (de alcohol), perdón", confesó Lawrence, la segunda actriz más joven en ganarse un Oscar en el rubro de protagónico femenino, después de Marleen Maitlin.
Ya más seria, deseó que la película, que trata sobre una pareja de jóvenes con problemas mentales que intenta reintegrarse a la vida social, cumpla una misión en el mundo real.
"Espero que sirva para que se quite el estigma sobre la enfermedad mental. No vamos a parar hasta lograrlo", señaló la joven, que el año pasado también fue protagonista del éxito adolescente "Los juegos del hambre".
También para Daniel Day-Lewis el paso por el detrás de escena fue parte de una rutina que viene repitiendo desde que empezaron a entregarse los premios a las producciones de 2012.
El suyo era, tal vez, el Oscar más seguro: las encuestas le daban más de 90% de preferencia sobre sus contendientes –Bradley Cooper, Hugh Jackman, Joaquín Phoenix y Denzel Washington-, mientras que el diario "LA Times" arriesgó que "este año todo puede pasar, menos que no le den el Oscar a Day-Lewis".
Como en ocasiones anteriores, el discurso del británico fue un ejercicio de humildad, casi como si no terminara de creerse que se ha convertido en el mejor actor en la historia de la Academia.
"Necesito descansar por un par de años. Es realmente muy difícil imaginarme haciendo algo después de esto, imaginarme haciendo otro personaje histórico", dijo ante BBC Mundo el que fuera Abraham Lincoln en la película de Spielberg.
Por el momento, Day-Lewis se dedicará a festejar.
"Lo voy hacer al modo Los Ángeles", confesó entre risas cuando le preguntaron si la celebración sería británica o irlandesa, las dos nacionalidades que posee el actor. Y no dio más detalles: sólo una sonrisa.
Con premio repetido
Como pocas veces antes, los ganadores se mostraron relajados en el detrás de escena donde estuvo BBC Mundo: tal vez sea la sensación de punto final que pone el Oscar a la llamada temporada de premios, en la que los actores transitan decenas de alfombras rojas a ambos lados del océano Atlántico en sólo un par de meses.
Anne Hathaway, por caso, elegida como mejor actriz de reparto por su Fantine en "Los Miserables", se dio un espacio para elogiar las pestañas doradas (postizas, claro) de una periodista, así como para dedicar palabras a sus dos hombres.
De su marido dijo que "hizo todo más real, más claro": es sabido que fue su pareja quien la impulsó a seguir con el proyecto del musical cuando a Hathaway la asaltaron sus propias inseguridades.
El otro hombre del que habló fue Hugh Jackman, su compañero de elenco.
"Tom Hooper dijo que este filme no hubiera existido sin Hugh. Él es una combinación mágica de alma y maestría … fue nuestra roca y nuestra inspiración", dijo la actriz, que ya había sido nominada en 2008.
Y lloró, emocionada, como lo hizo en cada escala en la carrera hasta el Teatro Dolby: "Tenía un sueño y se hizo realidad", dijo con voz suave, parafraseando la canción que interpreta su personaje.
También Christoph Waltz mostró sus emociones frente a los medios de prensa (este año la Academia acreditó a 2.500 profesionales del rubro, entre periodistas y técnicos).
"Esto pasó hace como siete minutos", dijo el austríaco, con su acento marcado y su Oscar en mano, el primero en entregarse.
Por su papel de un buscador de botines, el Dr. Schultz, que destaca en el épico western de Quentin Tarantino "Django sin cadenas", Waltz consiguió su Oscar como actor de reparto, el segundo de su carrera.
El primero también le llegó con Tarantino, con quien trabajó en "Inglorious Basterds" (2009) y no descarta una tercera colaboración.
También Ang Lee, el mejor director de la noche por "La vida de Pi" ("Una aventura extraordinaria"), recordó su "primera vez": recibió el premio en la misma categoría por "Brokeback Mountain" (2005) y, curiosamente, las dos veces de manos del actor Jack Nicholson.
"Lo que más me gustó de ganar fue eso, que me lo dio Nicholson", reveló en el detrás de escena el taiwanés, el primer director de origen asiático en recibir el premio mayor de la Academia.
"Yo hablaba un inglés quebrado cuando hice 'Sense and Sensibility' (su primera película en Hollywood, 1995). Luego me di cuenta de que podía hacerlo, sólo tenía que trabajar más duro. Pero el hecho de venir de otra cultura enriquece el trabajo", opinó ante BBC Mundo.
Con los cuatro premios para Pi, Lee –al igual que Affleck y "Argo"- se fue de la noche de gala más esperada de Hollywood con el título de "gran ganador".Tomado de BBC_Mundo
Otros premios de la noche
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